lunes, 21 de diciembre de 2015

SUGAR, EL MUSICAL

¡El viernes pasado volvimos a ir de estreno! Tenemos que confesar que íbamos con un poco de miedo a ver 'Sugar'... Con Faldas y a lo Loco es una de las mejores comedias de la historia del cine y es difícil estar a la altura. No obstante, desde el primer momento nos cautivó y ya no pudimos dejar de sonreír en toda la función.

Este musical basado en la película de 1959 de Billy Wilder, con libreto de Peter Stone y canciones de Jule Styne y Bob Merrill, se estrenó en Broadway en 1972 y Som-hi Films nos lo ha traido al Teatre Gaudí de Barcelona para que lo disfrutemos durante estas fiestas.

Dirigido por Pau Doz, con dirección musical de Bernat Hernández, y con unas coreografías de infarto de Laura Olivella, este divertidísimo espectáculo hará las delicias de los fans de la música jazz, de la danza y, lo que era más difícil, de la película original, haciéndole total justicia.

Pese a ser un espectáculo de pequeño formato, es ambicioso y explota al máximo sus posibilidades. La compañía la forman nada más y nada menos que 15 actores y bailarines y una big band de 5 músicos. Encabezan el reparto Bealia Guerra como Sugar, e Ivan Labanda y Xavi Duch como Joe y Jerry (o Josephine y Daphne) y los tres están que se salen. Bealia, dulce a más no poder, encabeza las coreos como una auténtica leading lady; Ivan está encantador y entregado ¡que gran actor es este chico! Nos dejó sin respiración con su interpretación de It's Always Love; Xavi en su salsa... divirtiéndose como el que más y divirtiéndonos a nosotros con su desparpajo y entusiasmo contagioso. Mención especial a Pep Cortés como Sir Osgood, el un-poco-creepy pero adorable millonario madurito que quiere ligarse a Daphne, y a Maria Santallusia, estupenda como Sweet Sue. 

Como hemos avanzado, las coreografías son espectaculares y los bailarines y bailarinas más. Muestra del trabajo que hay detrás de este musical, son dignas de una gran producción y es un gustazo disfrutar de ellas de tan cerca. Es difícil no quedarse embobada con bailarines como Roberto Provenzano (de quien nos enamoramos un poquito) delante de ti.

Una de las cosas que nos resultó más curiosa es que aunque apenas haya escenografía, solo un par de elementos de atrezzo, esta no se echa de menos. El fantástico vestuario años 20 y el desarrollo de la historia hacen que te olvides de ello y en todo momento visualices claramente la escena (Chicago, Miami, un yate... lo que haga falta). Lo que podría haber sido una carencia del espectáculo, se convierte en un ejercicio de imaginación que lo eleva y, si has visto la película, te permitirá revivirla al 100%.

Las canciones, pese a no ser grandes temazos, son de fácil digestión y muy pegadizas (todo el mundo sale cantando "jo ho faig per la Sugar...") y su ritmo jazz de los años 20 acompaña perfectamente a la historia. Únicamente echamos de menos alguna presencia femenina en la banda de músicos. Ya que se supone que se trata de una banda de mujeres... qué menos que una mínima representación del género.
Como dice el Sr. Osgood, "nadie es perfecto", pero Sugar está cerca de serlo. No os lo perdáis... ¡No se puede empezar estas fiestas de una forma más dulce!

Pd: Somos fans, pero "fans de póster" (literalmente, ya que lo colgaríamos en la pared sin pensarlo), del precioso cartel del espectáculo, diseñado por Jordi Labanda.

Paola

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