miércoles, 23 de marzo de 2016

EL BAR DE ÁLEX DE LA IGLESIA NOS ABRE SUS PUERTAS EN VALENCIA

Nueve de la mañana: un grupo de personas absolutamente heterogéneo desayuna en un café en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa: Al salir por la puerta, recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle. Están atrapados.

Conociendo solamente estas líneas llegamos el pasado jueves al hotel AC Marriott de la avenida de Francia de Valencia, donde se realizaba la rueda de prensa de la última película de Álex de la Iglesia: El Bar. Esta película comenzó el rodaje en Madrid en febrero y ha estado unas semanas rodándose en unos estudios de Paterna, aquí en Valencia. Y aunque nosotras, como sabéis, somos más de teatro, no podíamos perdernos la ocasión.


El thriller se desarrolla en el interior de un bar, que es el recurso narrativo que utiliza Alex de la Iglesia para precipitar la acción, ya que, en palabras del director, al encerrar a los personajes en un entorno cerrado tienen que tomar una serie de decisiones para poder sobrevivir y eso precipita la acción y el conflicto. El director comentó también su afinidad por la teatralidad en las historias, que éstas sean como pequeños dramas teatrales, destacando que esta película podría ser perfectamente una obra de teatro.


Bebiendo de influencias como La Cabina de Antonio Mercero (1972), Río Bravo (1959) y El Dorado (1966) de Howard Hawks o Asalto A La Comisaría Del Distrito 13 de John Carpenter (1976), no se trata de la vida cotidiana de un bar sino que este escenario sirve para ejemplificar el tipo de sociedad en el que vivimos, en la que nunca sabes bien con quién estás o quien puede estar sentado en la mesa de al lado. Porque hay 10.000 historias que están ocurriendo al mismo tiempo y nosotros sólo vemos la nuestra. No somos conscientes de los dramas o comedias que hay a 5cm de nosotros y, en este caso concreto, un grupo de personas completamente distintas se encuentran atrapadas en esta situación: Blanca [Suárez] interpreta a Elena, que es una chica que ha quedado con alguien por internet y se ha quedado sin batería en el móvil; Mario [Casas] es un creativo de una agencia de publicidad que suele ir a ese bar porque para él es “moderno”, porque es muy auténtico; Carmen [Machi] es una mujer que se gasta todo el dinero que tiene en las tragaperras… Así el resto de los personajes: Diego [Braguinsky] es un oficinista con no demasiada suerte como podremos ver (bromeó el director); Terele [Pávez], es la dueña del bar; Secun [De la Rosa] trabaja en el bar básicamente haciendo sándwiches; Jaime [Ordóñez] es un mendigo que está en la calle y normalmente entra a tomar un aguardiente para entrar en calor y, por último, Jordi [Aguilar] es un barrendero.


Ante la pregunta un poco guasona de si en esta también Mario se quedaba sin camiseta, tanto el aludido como el director bromearon con que había desprendimiento de ropa, aunque no de la forma que todos nos imaginamos, a lo que Mario añadió entre risas que no se desnudaba de arriba, pero sí de abajo para que tuviéramos la oportunidad de ver lo otro también… En cualquier caso, tendremos que esperar a ver la película para ver a qué se referían.

Desde luego, lo que quedó claro en esta rueda de prensa es que Álex de la Iglesia es un director exigente, pero todo el reparto mantiene un buen rollo tremendo. Algo que destacaron varios de los actores presentes. Mario Casas comentó que el nivel de exigencia del director parte de su pasión por su trabajo y que de los tres personajes que ha hecho con él, Nacho es el más complicado, por ser, precisamente, el más cercano a la realidad. En sus palabras, su personaje es un tipo normal, que está construido por una moda, como muchos en nuestro país, no se trata de hacer un código del hipster que conocemos, sino que es una máscara. Todos los personajes comenzarán con muchas capas y durante toda la historia, que los empujará a sus límites, se las  van a ir quitando. Lo que lleva este personaje, Nacho, es una máscara que son unas gafas, es un pelo, una barba… Incluso el director afirmó estar fascinado con el personaje de Mario, ya que cuando se hace una película el personaje en el guión está en estado embrionario, cobrando vida al ponerlo delante de la cámara, pero además, en el caso de este personaje contó cómo al final del día siempre comentaba con Mario lo que había hecho el personaje es tercera persona, habiéndose convertido en alguien reconocible, como si existiera y tuviera vida propia. Blanca Suárez afirmó que en el rodaje se respira mucha confianza y familiaridad, para lo bueno y para lo malo, porque el hecho de pasar tantas horas juntos, tantos días a la semana consigue que la familiaridad que en otra situación tardarías meses en alcanzar, se logre en cuestión de días o semanas. Carmen Machi matizó que éste es un rodaje peculiar, ya que no es normal que desde primera hora a última esté siempre todo el equipo artístico junto, cosa que genera incomodidad tanto a los actores como a los personajes, haciendo que se empapen unos de otros también y favoreciendo al espectáculo y a la unión del equipo más que si se trabajase desde la comodidad.
Y es que, según Álex de la Iglesia, la confianza genera profesionalidad. La mejor manera de trabajar con alguien es conocerle profundamente, ya que puedes exigir mucho más porque conocer sus límites, lo que facilita el trabajo del director. Además, el director reconoció que es un poco como la madre pesada del equipo, porque cuando el hacer cine se convierte en tu vida, quieres tener gente cercana con la que poder trabajar y disfrutar al mismo tiempo. Incluso confesó que cuando acaba suele echar en falta esos ritmos frenéticos de apenas dormir o no saber si algo ocurrió esa mañana o la semana anterior.

¿No os recuerda todo esto a una compañía presentando una obra de teatro? Carmen Machi nos reconoció que este tipo de películas ayuda a la hora de hacer teatro. No sólo porque por la estructura del guión y de la historia se podría representar perfectamente, sino también por cómo dirige Álex, que dirige a actores, más incluso de lo que él se piensa. Además, trabaja con muchos planos, cubriendo muy bien la película desde muchos puntos de vista, y está todo tan cubierto que son todo el rato necesarios, aunque sea para que se les vea una oreja y necesitan mucho de los compañeros, de manera real, de su respiración o su mirada, y eso es muy de teatro. No obstante, Álex señaló que en cuanto a la mecánica del cine la diferencia es abismal, ya que un actor en teatro, a pesar de tener unos movimientos y una coreografía, es libre de moverse. En cambio, en una película están totalmente coartados por la técnica cinematográfica, pues cuando montas un plano, igual no caben los actores que dan la réplica en el plano y están en una esquina o tienen una serie de marcas a las que es muy difícil o imposible de llegar, con lo que tienen que desarrollar su personaje además de seguir unas pautas de movimiento muy complejas. Todo eso conforma una puesta en escena cada día más compleja, que requiere de actores con mucha paciencia… y ahí es donde más disfruta Álex de la Iglesia, porque todo eso hace fantástico rodar o un infierno si no se tiene la complicidad del reparto.

Porque se nota que a Álex de la Iglesia le va la traca, no sólo la metafórica por los retos que puede suponer un rodaje de estas características, sino también la real. Él mismo nos reconoció que estaba disfrutando como un enano al haber tenido que realizar parte del rodaje durante las fallas de Valencia. Incluso se compraron petardos que estuvieron tirando por la zona del rodaje y pudo asistir, junto con parte del reparto, a una mascletà. Es que, en sus propias palabras, le gusta tanto el ruido sin más, a saco, que a veces da la acción con una pistola sólo por el ruido. ¡¡Pues nada, nosotros encantados de tenerle por la terreta cuando quiera!!

A este Bar calcula que podremos entrar sobre principios del año próximo, mientras tanto, os animo a que visitéis el resto de fotos que hicimos esa tarde en nuestro FaceBook!





Marta RJ 

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